Protestas Sociales en 2020
por Bárbara Orozco Díaz
El pasado 13 de Marzo se han celebrado las elecciones al Congreso de la República de Colombia, asimismo se realizaron las consultas interpartidistas para la elección del candidato presidencial y se eligieron, dentro del marco del Acuerdo de Paz de 2016, los 16 representantes de las víctimas del conflicto armado.
El panorama electoral previo venía determinado por la firma del Acuerdo de Paz entre las extintas FARC y el gobierno en aquel entonces del ex-presidente Juan Manuel Santos en 2016 y los comicios de 2018 que dieron 4 años de legislatura al partido en el actual gobierno, Centro Democrático y su presidente Iván Duque, que representa el ideal político del ex-presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) y que junto a su partido, el Partido de la U, representan a la ultra-derecha.
El último gobierno hizo poco para avanzar en la implementación de los Acuerdos de Paz y, en su lugar, optó por escalar aún más el conflicto en las zonas rurales de Colombia y utilizar la brutal represión contra los manifestantes pacíficos en las principales ciudades del país. Además, la crisis socioeconómica del país se ha agravado, y en 2021 se clasificó a Colombia como el segundo país más desigual de América Latina.
La sociedad colombiana mostró su descontento a las políticas del Gobierno ejerciendo su derecho a la protesta masiva en el denominado Paro Nacional indefinido en 2019 y 2021 y que es probablemente, el factor que marca los comicios que se están celebrando.
RESULTADOS
Lo primero que muestran los resultados del 13 de marzo es un golpe duro al partido del gobierno Centro Democrático que perdió 5 curules en el Senado y 16 en la Cámara de Representantes; destacan que ha sido un partido de izquierdas, la coalición Pacto Histórico, el más votado para el Senado y la Presidencia; por último muestran el fortalecimiento de los partidos tradicionales, Partido Liberal y Partido Conservador. A pesar del fuerte crecimiento del Pacto Histórico y los partidos alternativos, el giro a la izquierda no se ha dado completamente y el Senado sigue siendo mayoritariamente centro-derecha.
SEGURIDAD EN LAS ELECCIONES
Con las elecciones presidenciales programadas para el próximo 29 de mayo, los comicios mantienen las dinámicas que hacen que Colombia no tenga garantías para un proceso electoral seguro, transparente y equitativo.
En cuanto a la seguridad en el proceso electoral, la Defensoría del Pueblo publicó la Alerta Temprana 004, 2022 advirtiendo del riesgo extremo y alto en 274 municipios del país. Entre otros, recibieron amenazas de muerte directas por los paramilitares de las Águilas Negras, el candidato presidencial Gustavo Petro, la candidata a la vicepresidencia Francia Márquez, primera mujer afrocolombiana que ocuparía el cargo y la electa senadora en representación de las comunidades indígenas Aida Quilcué, Premio Nacional de los Derechos Humanos 2021. Las amenazas de los paramilitares Águilas Negras se extienden a la coalición Pacto Histórico, líderes sociales, organizaciones sociales y comunitarias y a la población civil y comunidades que ellos consideren afines al Pacto Histórico. En un país que tiene 7 candidatos presidenciales asesinados en su historia contemporánea y más de 1100 líderes asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz de 2016, más de 40 en lo que va de año.
FRAUDE ELECTORAL
En cuanto al fraude, la derogación de la Ley de Garantías Electorales sancionada por el Presidente Iván Duque, permite el incremento de la compra masiva de votos y el diseño del formulario de voto E14 ha permitido la pérdida de más de 500.000 votos para la coalición Pacto Histórico. A ello se suma, las innumerables trabas para la financiación de las campañas a los curules de paz, el sistema de registro de cédulas, ausencia de pedagogía para acceder al voto y la imposibilidad de llegar a las urnas de las personas desplazadas por el conflicto armado que sólo en el año 2021 fueron más de 73,000.
Las diversas Misiones de Observación Electoral que han seguido el proceso el 13 de marzo han denunciado todas estas irregularidades y alertan del riesgo para las elecciones presidenciales. Sea quien sea quien conforme el próximo gobierno, se encuentra con la democracia probablemente más antigua de Latinoamérica sangrando para la consecución de la paz y la igualdad socio-económica.
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